FORO PARTICIPATIVO / PARTICIPATORY FORUM

FORO PARTICIPATIVO/PARTICIPATORY FORUM
Miami – Madrid – Caracas

2 de abril de 2012

Estimados amigos de la Democracia:

Independientemente de las simpatías, antipatías o la simple indiferencia que provoca en distintos sectores del exilio cubano, debemos reconocer la notable trascendencia de una Conferencia como la que ofreció Carlos Saladrigas en el Centro Cultural Padre Félix Varela, en La Habana el pasado 30 de marzo, por las opiniones que vierte sobre la enquistada "Revolución cubana", cuando afirma que "la Revolución no puede sostenerse por la coerción" y añade que "los cubanos están sedientos de una visión de futuro".

Carlos Saladrigas Jr. es un exiliado cubano que pudo visitar su país y manifestarse ante esa audiencia gracias a la pequeña y breve apertura propiciada por la visita de SS Benedicto XVI en días pasados. Aunque para un régimen totalitario y cruel como el que impera en Cuba, son intolerables este tipo de afirmaciones -y otras que figuran en el mensaje de Saladrigas a los cubanos de la Isla, allí presentes- y suelen provocar un feroz castigo, no obstante, tuvo la oportunidad de exhortar a los cubanos a que se esmeren en "la tarea de edificar una Cuba nueva, una Cuba libre, soberana, incluyente, prospera, diversa, rica, justa, equitativa, y generosa con los sectores mas débiles de nuestra sociedad", destacando en su mensaje la responsabilidad de TODOS los cubanos en la gesta de la libertad.

Podemos discrepar con muchas de las opiniones de Saladrigas, como podemos molestarnos también con las de muchos otros que ofrecen soluciones distintas y abogan por estrategias muy divergentes. No obstante, en la gesta de los pueblos por su libertad, es indispensable concentrar TODOS los esfuerzos en el enemigo común y evitar malgastar energías en discrepancias marginales contra otros que tienen objetivos semejantes por el simple hecho de que nos molestan o no nos convencen sus estrategias ni opiniones.

Nuestro FORO PARTICIPATIVO está abierto a TODAS las opiniones, sin más censura que la obligación de respetar las opiniones de los demás y evitar que los debates desciendan a la descalificación personal y el insulto. Por lo tanto, todos nuestros lectores están invitados a registrarse para poder publicar sus opiniones, sus estrategias y sus análisis. El debate civilizado y respetuoso es siempre enriquecedor.

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Cuba y su Diáspora: Actitudes y políticas que debe adoptar la diáspora para reintegrarse en Cuba

Conferencia pronunciada el 30 de marzo de 2012

en el Centro Cultural Padre Felix Varela de la Arquidiócesis de La Habana, Cuba

Raras veces las personas escogen la emigración como una elección puramente personal. Las emigraciones se producen cuando las personas no se sienten capaces de permanecer en su país por existir un clima político hostil y excluyente, o por vivir bajo una economía improductiva que no genera las plazas de trabajo necesarias para sostener a sus familias. Excepto en los países mas pobres y de poca educación, son los gobiernos y sus políticas la causa de la necesidad de emigrar.

Obviamente es preferible para un país no sufrir emigración, pero ya dado el caso, muchos países han aprendido a incorporar a los emigrados en sus países respectivos de una forma positiva, productiva e incluyente. Hay numerosos ejemplos de diásporas que están jugando o han jugado un papel muy constructivo en sus países, como es el caso de la diáspora china, la india, la alemana, y la mexicana.

Cuba no es el único país de América que ha sufrido una emigración desangrante. México, la República Dominicana, Haití, Puerto Rico y la mayoría de los países centroamericanos, han sufrido o sufren emigraciones aun mayores que la cubana, pero la relación y los tormentos de Cuba con sus diásporas abarcan mas de dos siglos.

Las posibles contribuciones de las diásporas no se limitan a las remesas, aunque estas sean importantes, sino que adquieren mayor importancia mientras mas se reintegren a su país de origen. Este valor agregado ocurre no solo en lo económico, sino en lo político, lo cultural y lo social. Este potencial de la diáspora va mas allá de lo económico y está marcado en nuestra historia con las enormes contribuciones que desde la diáspora hicieron el Padre Félix Varela, y el propio Martí.
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